El camarero parlanchín

El camarero parlanchín

jueves, 24 de julio de 2014

La rayita.

Hay gente mala por el mundo. Yaaa, ya sé que no es una novedad, pero me refiero a gente con maldad sin beneficio propio. Ah.....¿que tampoco es una novedad?
En realidad iba a escribir sobre la rayita que separa el servicio del servilismo en nuestra profesión.
Es normal atender bien a un cliente, incluso hacerlo con mucho esmero y profesionalidad. La verdad es que no es que sea normal, es que es nuestra obligación (o nuestro trabajo). Pero  hay gente que cree que en el momento que paga tiene derecho a todo. Donde pago....cago. Era una frase que escuché varias veces de un cliente de los noventa que tuve. Y no.....no es así. Al cliente hay que atenderle bien, muy bien, pero de eso a que tenga siempre la razón......no.
Susodicho (no sé el nombre) jugando a la máquina tragaperras. Tiene suerte y le da un premio. No sé exactamente, pero poner que unos cuarenta o cincuenta euros en monedas de euros. Se da la vuelta a la barra y le dice al camarero.....
-Sácalas y cuéntalas.
-¿Perdone?
-Que las lleves a la barra y las cuentes.
-No.
Claro y escueto. No. Sin matices. Los matices sirven para entrar en debate.
-No, es que estoy haciendo un café.
Mal.....muy mal.....ya estás poniendo una excusa. Cuando dejes de hacer el café ya no tendrás excusa y.....
-Sácalas y cuéntalas.
No. Lo dicho, sin matices.
Eso es servilismo, y no.....la exclavitud se abolió hace mucho.
Si eres un camarero en un local donde para la misma gente habitualmente, en poco tiempo sabrás lo que toma cada uno de ellos. Eso es una ventaja, y muchas veces prepararás ese café que toma todos los días y el pinchín que tanto le gusta.
-Hola buenas, aquí tiene.
-¿Qué es eso?
-Su cortado y el pincho de pollo.
-Uff.....es que hoy quería una manzanilla.
-Ah.....bueno.....pues....vale, ahora se la traigo.
Vamos a ser benévolos. En un cincuenta por ciento.....es por joder. Ups....perdón. ¿Se puede decir esto ahora? En el otro cincuenta es verdad que entró con la intención de la infusión, pero......
Zuna. Es una palabrita en bable que viene a significar algo así como......llistura, astucia. 
Le haces su cortadito, y el pincho de pollo y te presentas en la mesa.
-Hola buenas....¿qué le apetece tomar?
-¡Lo de siempre coño! ¿O hay que decírtelo todos los días? (Éste durmió mal).
-Aquí tiene. (Y le vas dejando su café y su pincho con una sonrisa de satisfacción enorme).
-¿Y si quisiera otra cosa?
-Si quisiera otra cosa me lo hubiera dicho cuando le pregunté que le apetece tomar.
Fin de la conversación.
Eso es maldad, ganas de tocar los güevos. Son pocos, pero existen. Creen que el hecho de pagar les da derecho a mil y una cosas.
-Buenas tardes señoras.
-Buenas guaje. Falta una, ¿podemos esperar?
-Si, claro, ya vengo cuando llegue.
-Pssss.....chaval.....que no esperamos por nadie, ven.
-¿Qué les apetece?
-Un café....con leche corto. Templado. Y con hielo (sic....)
-Para mi un descafeinado.
-¿De sobre o de máquina señora?
-Si.
-Si......¡¡¿¿qué??!!
-De sobre.
Vuelves con los cafés.
-Oye, tráeme un vasín de agua.
En ese momento miras para la otra con cara de..........."y a usted....¿le apetece otro?". Pero no.....no le apetece.
Viaje a por el vaso de agua.
-Oye guaje, que me vas a traer a mi otru.
Otro viaje.
-Aquí tiene señora.
-Chssss, espera, no te vayas, que te voy a pagar ahora, así te ahorro un viaje.
¿Ahora? ¿Me lo va a ahorrar ahora? ¿Ahora que ya tengo agujetas de ir a su mesa?
En casos así suelo dudar. ¿Maldad.....o los años? Creo que la edad no es la culpable. Nos volvemos lentos de reflejos y esas cosas, pero la maldad existe desde edades muy tempranas.
Dos ejemplos de servilismo que me .....matan.
Que a alguien se le caiga de la mesa un cubierto. Cucharilla de café....tenedor.....cuchillo.....lo que sea. En ese momento vas con otro limpio (es una obligación, es nuestro trabajo, es lo que procede) y allí sigue. En el suelo.
-¿Sonó algo? ¿Les cayó algo? (Pregunta trampa par comprobar si se dieron cuenta)
-Si, una cuchara (señalando o mirando al suelo).
Vale, y ahora....¿cuál es el procedimiento?
a) recoger la del suelo y darle la limpia.
b) darle la limpia y dejar allí la otra con la esperanza que le dé vergüenza y la recoja más tarde.
c) darle ostias hasta que aprenda.
Desechamos la c por no incitar a la violencia, y hayamos elegido la a o la b el resultado será el mismo. Tendré que agacharme. No lo soporto.
Prensa. Me parece muy bien que la gente deje el periódico dónde estuvo desayunando o comiendo y tenga que llevarlo a su sitio, pero eso de dejarlo abierto....es lo último. ¿Es demasiado trabajo cerrarlo? ¿No eres dign@ de semejante esfuerzo?
Por cierto, nada de lo que aquí se escribe es ficción. Hay más o menos humor, pero todo ha pasado. Supongo que alguno de vosotros cuando lee estas cosas piensa....."coño, es verdad". O....."ups...eso lo hago yo también". No es una crítica, es una exposición de hechos reales y más o menos cotidianos en la vida de un camarero, pero nada es inventado. No obstante, si alguien discrepa, o tiene otra opinión puede dejar un comentario (o los que quiera). Serán leídos y respetados siempre.

viernes, 18 de julio de 2014

Coletillas.

-Cobra.
-Y tú ..... ¡víbora!
Que levante la mano el que no lo haya escuchado alguna vez en un bar.
Argot es el lenguaje específico utilizado por un grupo de personas que comparten unas características comunes por su categoría social, profesión, procedencia o aficiones. Hoy vamos a hablar de eso. Aunque yo lo definiría como coletillas.
En este caso, de una zona en concreto. Del Huerna hacia arriba.
Empecemos por el principio, es decir....cuando llega un cliente al local.
-Hola, buenos días. ¿Qué va a tomar?
Es de lo más correcto, de lo más "neutro", de lo más adecuado, sobre todo si alguno de los dos es nuevo. El camarero o el cliente. Nada que objetar.
-Buenas jefe....¿qué tomamos?
-Yo un vino, tú lo que quieras.
jajajajajaja (risas enlatadas). Porque sinceras no nos van a salir.
Sé de uno que estaba poniendo mil y una cervezas a un sargento en la mili y llegó un amigo (civil) a hacerle una visita (al militar) y.....
-Chaval....pon aquí una ronda.
-Claro. Jefe....¿qué va a tomar?
-Una cerveza chaval.
Le pone la cerveza al recién llegado, la vigesimoquinta al chusquero y este último le coge por las solapas y le dice.....
-AQUÍ EL ÚNICO JEFE SOY YO.
-Señor....si señor.....lo que mande.
Hay expresiones que pueden hasta sorprendernos, por simpáticas, o por originales, pero la mayoría son repetitivas, cansinas y lo único que consiguen es un...... "ja, me parto. Qué gracioso". Ojo, muchas de ellas las decimos los que estamos detrás de la barra.
-¿Me pones la máquina de tabaco?
-Está puesta. Lleva todo el día ahí.
Ufff....de un simpático que asusta.
Coletillas para tratar a la gente. En este caso en cualquier dirección. Es decir, el camarero al cliente o viceversa.
Gallu, finu, chaval, chico, campeón, mozo (con muchas "os") mozoooo, artista, prenda (siii, prenda. En una zona del concejo de Cabranes es una expresión muy utilizada) y más que seguro recuerdo.
-Oye gallu, ponme una Mahou.
¿Gallu? ¿Cómo me lo tomo?
Incluso palabras que sólo tienen acepciones buenas pueden hacernos sentir mal. Campeón: "alguien que triunfa de forma habitual".
-Campeón.... ¿me das cambio pa la máquina?
Pues no, a agradable no me suena. Y el caso es que con el diccionario en la mano....nada que objetar. Ni te han insultado, ni es siquiera es una crítica, pero suena fatal. A peyorativo. A irónico que te cagas.
Insisto, puede ser recíproco. Tuve un compañero que si la clienta tenía entre 15 y 127  años.....
-Hola reina, ¿qué te apetece?
-Que me olvides. ¿Puedes?
Puede llegar a ser tan contraproducente como ser grosero o nada educado.
A veces la hostelería llega a convertirse en un bucle (sic...) en el que ya sabes lo que vas a escuchar al cabo de...diez segundos.
-Buenos días caballero, ¿qué tomamos?
-Yo un café, tú lo que quieras.
jajajajajaja (enlatadas) me parto.
-¿Solo?
Lo va a decir....lo va a decir.....lo va a decir......
-No, con azúcar y cucharilla.
Lo sabía....lo sabía......lo sabía......

miércoles, 16 de julio de 2014

Intimissimi.

Hay cosas que no pueden ser, y además.....son imposibles.
Existen infinidad de negocios de hostelería, y todos tiene cabida a pesar de sus diferencias. Lo que intento explicar es que no hay un único canon para que un negocio funcione. Algunos lo hacen por sus precios, otros por su calidad (a costa de ser más caros que los anteriores), existen casos dónde alguno funciona porque no hay competencia. O por las innovaciones.  Pero hay clientela para todos los gustos y para todos.
Un inciso. No es más caro el que más cobra, si no el que tiene la relación calidad-precio más alta.
Seguimos. Es entendible que exista un bar con el café a 80 céntimos, y cerca otro a 1,30 euros.
Es normal ver en la misma calle un menú de 8 euros y otro de 15. En el primero verás mucho obrero, y  jubilados, y en el segundo más corbatas que otra cosa.
Pero de lo que escribo hoy es de situaciones que no tienen mucho sentido. No es normal (y no procede) pedir un agua, que te la pongan de plástico (cada uno decide qué vende) y una copa de esas "de balón" que se ponen en las coctelerías por la noche. No....no pega.
No es normal que entres a comer a un sitio, con un menú de 19 euros y el mantel sea de papel.
¿Se puede tener un menú de 19 euros? Si, claro que si. ¿Se pueden dar comidas con un mantel de papel? Si, por supuesto, pero ambas cosas juntas......¡no!
¿Tienes agua de plástico para abaratar costes y tener precios competitivos? Perfecto, pero no pongas una copa como si fuera un irlandés.
Casos de esos se encuentran a menudo, y suelen ofender a la vista. ¿Es ilegal? No coño, claro que no, pero....uffff.
La Duquesa de Alba por la calle. ¿Os la imagináis? De compras, con una bolsa de Intimissimi. Pues.....no.....no lo veo.
Hay camareros que desmerecen el sitio en el que trabajan. Y a veces ocurre lo contrario.
Hace poco estuve en una sidrería donde (cómo en todas) el café es un actor secundario. O un extra. Se tiene (café) porque toca, pero no se le trata bien. Pues había un camarero que hacía unos cafés espectaculares. Una dedicación exclusiva. Un barista (se llaman así) digno de la mejor cafetería. Probablemente nadie se lo agradecería, pero lo vivía. Cada café era un arte. En este caso, estaba fuera de lugar por lo contrario. Quizás la expresión no sea esa. Quizás haya que decir que llamaba la atención por lo desproporcionado de su dedicación.
Insisto, todo negocio puede tener éxito basándose en según qué criterio, pero no todo tiene un pase.
Marzo de este año. Hamburguesa, patatas bravas, tosta de jamón (creo que ibérico), tres cervecinas, un brownie de chocolate y dos cafés....18 euros. No, no es normal. ¿Me gustó? Si, claro, pero no es normal. ¿Consecuencia? Está cerrado. Duró....cinco meses. Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible.
Esas cosas también hacen recelar al cliente. Una cosa es ser barato y otra ser barato dando una calidad superior.
-Hola buenas, queríamos comer.
-Siéntense. Les comento. De menú tenemos paella de marisco o fabada, y de segundo solomillo de ternera o ventrisca de bonito. Postre, bebida y café 7,50 euros. Y al chupito están invitados.
Noooo, algo falla. O la ventrisca y el solomillo son de cuando había equipos asturianos en primera.....o nos van a cobrar el pan a 20 euros ración.

viernes, 11 de julio de 2014

Las propinas.




La teoría dice que el buen trato, la amabilidad, la cortesía, y, sobre todo, la profesionalidad debería ser algo obligatorio en este mundillo. Pero también es cierto que, con el tiempo, un camarero tiende a tratar mejor al cliente que suele dejar una buena propina. Y no digamos si hablamos de restaurantes, casas de comidas u hoteles. 
Se reservan las mejores mesas, se aconseja (sinceramente) sobre la comida, o se le busca una mesa que, a lo mejor, no tenía reservada. 
¿Es justo? No. ¿Ético? Posiblemente tampoco. ¿Está extendido? Pues si. 
Un matiz. Hablo de la hostelería en España. Porque en algunos países la propina es algo obligatorio. Incluso hay sitios donde los camareros no tienen un sueldo fijo y trabajan por las citadas propinas. 
Ahora vamos a ponernos en las dos situaciones. En primer lugar....EL CLIENTE. 
No nos gusta que tardéis en traernos la vuelta de un café para ver si desistimos y nos vamos sin ella. No nos gusta que cuando traéis la vuelta vengan monedas "escondidas" debajo del ticket. No nos gusta que nos deis un montón de monedas alegando que no tenéis billetes de cinco. Y menos si lo hacéis por sistema. 
No nos gusta que cuando vayáis a retirar las cosas de una mesa lo primero que hagáis sea mirar cuánto hemos dejado para el bote. No nos gusta que cuando volvamos a entrar en el local nos clasifiquéis mentalmente según los antecedentes monetarios.
No nos gusta que alguien que deja más propina tenga privilegios. No debería. A todos nos ha pasado alguna vez......
-Hola buenas, queríamos cenar. 
-¿Tenían reservado?
-No. 
-Entonces tendrán que esperar. Está lleno. 
Hasta aquí todo normal. 
-Hombre Juannn.....¿qué tal?
-Bien. Oye, queríamos cenar, pero no llamamos. ¿Tienes mesa?
-Si oh, pasa p'al comedor. 
¡¡Leñeeee!! Que no estamos sordos. Ese señor no tenía reserva, pero claro....es Juan. 
Pues no....no nos gusta. 
Ahora vamos la lado contrario. EL CAMARERO. 
No nos gusta tener pluriempleo y sólo ganar un sueldo. Ser camarero, banquero, psicólogo, estanquero y centralita de teléfono pase, pero que se note. 
Si comes....te saco tabaco.....te llevas La Nueva España de ayer....y te llamo un taxi....lo normal es que aprecies todo eso. La comida la pagas, el resto......
No nos gusta que nos chuleen. ¿Usted no deja propina nunca? Perfecto, nada que objetar. Lo que no es normal es que una cuenta de ...84,40 euros retire la moneda de 50 céntimos y deje de propina 10. Queda usted mejor si lo guarda todo. 
No nos gusta que en una mesa de varias personas el que paga deja la propina en el platillo y al levantarse, otro de esa misma mesa recoja una parte....o todo. Penoso. 
No nos gusta que manipuléis la intención del que ha pagado a la hora de dejar la propina. Ni para bien ni para mal.
-¿Vas a dejar todo eso? ¿No será mucho?
¡Pero bueno!
Por cierto, lo de levantarse para marchar y que alguien de la mesa guarde disimuladamente lo que otro ha dejado....sucede. 
Y, para terminar, una situación cómica. De esas en las que se juntan (como decimos por aquí) la fame y la gana comer. 
Unos señores cenan, pagan dejan de propina una moneda de diez céntimos. El camarero retira la mesa y al día siguiente vuelven. A cenar otra vez, o a tomar un café. El camarero se acerca a la mesa y lo primero que hace es poner sobre la mesa el platillo con los diez céntimos. 
-Perdone señor....lo dejó olvidado ayer. 
-Eh......bueno......no....es queeee........es la propina. 
-Ah....la propina. Vale. Gracias. 
Sin comentarios.